29 mar 2011

¿Por qué se está relamiendo el diablo?

Mientras me reposo sobre la pared de mi cuarto, mirando mis fotografías junto a vos, me hicieron revivir, esas noches recostados sobre el césped en las que hablábamos de las estrellas.
Mientras observo como se disipan algunas cuantas volutas de humo y se mezclan con el olor encerrado, recuerdo esas tardes en donde (entre pitada y pitada) nuestros cuerpos desnudos se descubrían.
Mientras miro la frazada en la cama de arriba, recuerdo cuantas veces te levantaste, a duras penas, de la cama a buscar un poco de agua, con solo ella tapándote. Y río...
-"Quizá el diablo se relame pensando en nosotros dos" me dijiste una vez, pero me abstuve de entender y simplemente asentí. Hoy no quiero más que entender...
Entender porque no me buscas, porque no te encuentro, y porque el diablo (ahora que no estamos juntos) se está relamiendo.

16 mar 2011

Multitud

Cuando mi divagación se dispersó, divisé que, entre toda la multitud, pasaste a mi lado. En ese mismo momento, me detuve, en seco (lo que impidió el paso a otras personas) y no pude más que voltear y verificar si estaba equivocado, si mi deseo me estaba haciendo alucinar... no, esa eras vos, TENÍAS que ser vos... Logré notar que venias cabizbaja, con tu mirada estancada en el suelo, caminando cual muerto que se pasea.
Me decidí sin dudar a pasar entre la gente, a forzejear contra el gentío, estás cruzando la esquina, y yo estoy persiguiéndote desesperadamente. Pero la multitud se cierra, es cada vez más y más difícil pasar... es un complot, no me dejan avanzar, todos me están mirando...
Logro (grotescamente) desplazar a algunas personas que tengo en frente, y voy corriendo hacia vos. Te toco, con miedo, el hombro izquierdo. Incrédula, miras hacia atrás, tus ojos aterrizan en los míos. Me sonríes y mi corazón se acelera. La gente empieza a ir más apurada, los sonidos se distorsionan y me impiden escuchar con claridad. Musitas algunas palabras que no llego a percibir, mi ritmo incrementa enormemente, y me redujo a, simplemente y sin siquiera pensarlo, agarrar tus manos y tirar de ellas. En el mismo momento en que me besas, todo se desacelera, se aclara y vuelve a la normalidad.