12 jun 2012

Busqué en el fondo
de una botella 
llena de promesas, algo
que alivie el dolor.

Revolví las sábanas
blancas, intentando
encontrar el calor
de tu cuerpo.

Traté de reír
para no llorar.
Traté de pasmar
para no crepitar.

Sentí la esencia agria
de la incertidumbre.
Sentí el vaivén
y en tus ojos el ocaso.

Pero el pánico y la soledad
de mi dormitorio
me enjaula, derramando
su veneno en mi piel.