Podría perderme
en tus ojos tristes
y haría un refugio
de tu boca.
Podría empaparme
con tu piel suave,
y haría un santuario
de tus manos.
Y si te pierdes,
estaré esperando
en tu cuarto,
dulce cárcel.
Y si me pierdo,
estaré acariciando
ya tu cuerpo,
eterno escondite.
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