29 ene 2012

Lo que fue y lo que queda

Nos gustaba saltar por la calle y jugar a no pisar las líneas de las baldosas. Solíamos bajar corriendo las rampas y terminar el recorrido abrazándonos para protegernos del frío.
Pero ahora que nada es igual, ahora que nada me toca y soy todos para verte, y soy nadie para extrañarte.
Nos convertimos en las cenizas de un fuego que, alguna vez, supo arder. Somos el vestigio de un cuento de amor que existió.

18 ene 2012

Quisiera.

Quisiera saber
qué se siente besar a
quien yo le escribo.

Quisiera también
escribirle a quien beso
tener ese don.

Quisiera poder
conocer a quien gasta en
mí sus minutos.

Para al fin saber
quién me besa en palabras,
labios fantasmas.

Quiero escribirte un
beso en el cuello, cerca
sentirte. Siempre.

11 ene 2012

La soledad de un padre.

El cerrojo se empeñó en oponer resistencia al giro de la llave. La dilatación del metal dificultó la tarea de abrir la puerta, aunque a fin de cuentas logré pasar el marco y adentrarme.
Al dejar caer la llave en el segundo de las varias decenas de escalones, noté una quietud sórdida proveniente de arriba.
Con sigilo emprendí viaje arriba, y al llegar al descanso, olí cigarrillo.
Cuando vi que a mi padre, sentado en el apoyabrazos del sillón, recibía un baño de la luz de la luna y fumaba su cigarro como si estuviese besando por última vez, me acerqué.
En el momento que dedicó su rendida mirada hacia mí, advertí que sus cejas se arqueaban tristemente.
-Extraño a mamá. – largó casi como un quejido sonriente. En su voz había algo, una dulzura que nunca antes había escuchado.
-Yo también – le respondí casi sin aire.
Me secó las lágrimas con un pulgar y me arregló el pelo. Al hacerlo, me reduje a cerrar los ojos.
Se levantó y con un paso parsimonioso y vencido, se introdujo en su habitación.
Ese día comprendí que, paulatinamente, mi padre había empezado a morir por dentro.