16 mar 2011

Multitud

Cuando mi divagación se dispersó, divisé que, entre toda la multitud, pasaste a mi lado. En ese mismo momento, me detuve, en seco (lo que impidió el paso a otras personas) y no pude más que voltear y verificar si estaba equivocado, si mi deseo me estaba haciendo alucinar... no, esa eras vos, TENÍAS que ser vos... Logré notar que venias cabizbaja, con tu mirada estancada en el suelo, caminando cual muerto que se pasea.
Me decidí sin dudar a pasar entre la gente, a forzejear contra el gentío, estás cruzando la esquina, y yo estoy persiguiéndote desesperadamente. Pero la multitud se cierra, es cada vez más y más difícil pasar... es un complot, no me dejan avanzar, todos me están mirando...
Logro (grotescamente) desplazar a algunas personas que tengo en frente, y voy corriendo hacia vos. Te toco, con miedo, el hombro izquierdo. Incrédula, miras hacia atrás, tus ojos aterrizan en los míos. Me sonríes y mi corazón se acelera. La gente empieza a ir más apurada, los sonidos se distorsionan y me impiden escuchar con claridad. Musitas algunas palabras que no llego a percibir, mi ritmo incrementa enormemente, y me redujo a, simplemente y sin siquiera pensarlo, agarrar tus manos y tirar de ellas. En el mismo momento en que me besas, todo se desacelera, se aclara y vuelve a la normalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario