21 may 2011

Sonrisa tras sonrisa.

Tras varios minutos de silencio, de risas y en este momento de calma, me dirijo hacia vos y empiezo a hablar.
Intenta imaginar ésto:
Intenta vernos caminando por la orilla, casi por ese lugarcito donde la arena deja de ser tan hostil, intenta ver las huellas que dejamos en el camino, intenta ver nuestros dedos entrelazados, y el pulgar que quedó sin pareja, acariciandote la palma de la mano, con un ritmo seguro y regular.
-Paro y te veo dandole un sorbo a la bombilla, te empezás a sonrojar.
Piensa en los impiadosos colmillos de la arena, que nos muerde la planta de los pies causando una sensación que nos provoca tanto cosquillas como dolor.
Imagina a las personas viéndonos, sonriéndonos, imagina a los ancianos mirándonos y haciéndoles acordar sobre sus amores en la juventud, solo intenta imaginar eso.
Dejas el mate a tu lado y me dices con miedo y verguenza:
¿A qué quieres llegar? No comprendo.
Me río y acto seguido, te miro fijamente.
Ahora intenta verme a mi imaginando esto, noche tras noche, día tras día, mirada tras mirada, sonrisa tras sonrisa.

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